EL COMIENZO
Toda historia tiene un principio, pero no vamos a ir hasta mis primeros recuerdos como si esto se tratara de una autobiografía ñoña. Vamos a retroceder en el tiempo, pero no tanto. Acompáñame. Desde muy pequeña siempre me había apasionado el mundo de la tecnología y la informática. Ya tenía quince años, hacía tiempo que tenía móvil, sobre todo para que mis padres pudieran localizarme cuando salía con mis amigos, y no hacía demasiado que habían salido al mercado los teléfonos móviles a color y con esa súper cámara de fotos de 0.2 megapíxeles. Había llegado la era de los mensajes multimedia. Con lo que me daban mis padres todas las semanas, conseguí ahorrar un poco y me fui con una amiga a una tienda de telefonía móvil. Ya era hora de hacerme con uno de esos novedosos cacharros. Al entrar, le pregunté a la chica que trabajaba allí, que cuáles eran los móviles más económicos que tenía y que se ajustaran a mi corto presupuesto. Me mostró dos y finalmente me decidí por el que tenía...